En el imaginario popular, los grandes boleros tienen nombre masculino. Pero detrás del más famoso de todos los tiempos, hay una mujer en el olvido que compuso sin haber besado. Su nombre: Consuelo Velázquez.
Consuelo Velázquez Torres nació el 21 de agosto de 1916 en Ciudad Guzmán, Jalisco. Desde niña fue un prodigio musical: a los cuatro años tocaba el piano de oído y a los seis ofrecía recitales. Más tarde se formó como concertista clásica en el Conservatorio Nacional de Música y en Bellas Artes, y su futuro parecía estar destinado a los escenarios de música académica. Pero un bolero lo cambió todo.
El nacimiento de un clásico
En 1940, con apenas 24 años, Consuelo escribió Bésame mucho. Lo hizo sin experiencia amorosa, inspirada en un aria de la ópera Consuelo y en la expectativa romántica de un primer beso. Años después confesó que nunca había besado a nadie cuando compuso la canción.
La letra, cargada de deseo y dulzura, rompía con los códigos conservadores de la época. Pero el público no solo la aceptó, la adoró. Fue un éxito inmediato en México y pronto dio el salto al mundo.
Aunque firmó con su nombre completo, en muchos países “Consuelo” se interpretó como un nombre masculino. Durante años se creyó que el autor de la canción era un hombre español, lo que invisibilizó aún más a su verdadera creadora.
Un himno global
Bésame mucho ha sido traducida a más de 20 idiomas y versionada por cientos de artistas de todos los géneros. Desde The Beatles y Frank Sinatra, hasta Luis Miguel, Cesária Évora, Andrea Bocelli y Nat King Cole, pasando por intérpretes de jazz, pop, rock y ópera.
Se convirtió en la canción mexicana más versionada de todos los tiempos, y una de las más importantes del repertorio romántico global.
Más allá de un bolero
Consuelo Velázquez no fue un fenómeno de un solo éxito. También escribió otras canciones memorables como Amar y vivir, Cachito, No me pidas nunca y Enamorada. Además de su carrera musical, fue diputada federal, promotora cultural y una firme defensora de los derechos de autor, luchando para que los compositores recibieran un trato justo.
En un mundo de hombres, ella impuso su talento con elegancia y firmeza, sin necesidad de escándalos ni bohemia. Su estilo fue sobrio, dedicado a la familia, al piano y al amor.
El legado de Consuelo
Consuelo Velázquez murió el 22 de enero de 2005 en la Ciudad de México, a los 88 años. Dejó un legado inmenso, no solo en la música mexicana, sino en la historia cultural del siglo XX. Fue una mujer que escribió con el alma lo que el mundo entero cantó con el corazón.
Cuando le preguntaban por su secreto, ella respondía:
“No fui bohemia. Fui romántica. Y toqué desde el alma.”
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